Hombre o mujer, ¿distintos géneros, distinta composición genética, distinto comportamiento?… o ¿simplemente seres humanos?
Tal y como decía el famoso autor Saramago, para intentar comprender una realidad, debemos tener varios puntos de vista. En relación al género, tendemos a tener un único punto de vista. Inconscientemente establecemos una relación univoca. Nos basamos en un sistema bipolar y quizás lo correcto sería pensar que no se trata solo de dos géneros masculino y femenino, porque ya se trate de un hombre o de mujer, todos debemos ser considerados como lo que realmente somos personas que piensan, comen, respiran, sienten…
Está claro que existen diferencias evidentes entre un hombre y una mujer, la forma del cuerpo no es la misma, la tonalidad de la voz es diferente, las hormonas difieren entre un sexo y otro, lo que da lugar a diferentes aptitudes físicas, por ejemplo por norma general un hombre va a tener más fuerza que una mujer y aquí entra la distinción en el momento de la competición deportiva, siempre que hagamos referencia a la perspectiva del rendimiento, pero y si nos fijamos en el derecho a participar, si no se juzgara el rendimiento ¿no seriamos considerados como iguales también en el ámbito del deporte?
En relación a esta distinción que tendemos a hacer entre ambos sexos, cabe que nos paremos a analizar un hecho que actualmente se da cada vez más en nuestra sociedad. Me refiero a aquellas personas que no se sienten identificados con el género que por naturaleza poseen. Hombres que se sienten mujeres y mujeres que se sienten hombre. Su forma externa no se corresponde con su forma interna. Como consecuencia de ello, estas personas se ven sometidas a una gran presión social, son motivo de burla, reciben insultos… y esto no está nada bien. Las personas que se ven inmersas en esta situación deberían ser en primer lugar respetadas al igual que se respeta a cualquier ser humano y en segundo lugar ayudadas por la sociedad. Pienso que no debe ser una situación fácil ni para la persona afecta ni para sus seres más cercanos. Debe ser muy duro mirarte al espejo, ver una imagen reflejada y sentir que ese o esa en realidad no eres tú.
Esta situación es la que vive nuestro personaje. Mar, vive a diario en un cuerpo de hombre, cuerpo que no siente como suyo. Al decidir salir a la calle y mostrarse tal y como es, se ve envuelta en aquello que antes comentaba, insultos, falta de respeto por parte del docente, burlas… vemos aquí como para sentirse bien con ella misma debe soportar las burlas de los demás, que le digan que no es normal. Bajo mi punto de vista esto es algo admirable, el ser capaz de mostrarte tal y como eres, tu verdadera personalidad, lo que realmente sientes es lo que hace a una persona digna de admirar. Porque, ¿Qué es ser normal? Para mí, simplemente ser uno mismo.
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